Segunda llamada entre Trump y Putin

hace 9 meses 24

Está empezando a llegar la primavera rusa. Las nevadas se descongelan más rápido y eso causa que se ensucie más fácil la ropa al caminar por los charcos o los remanentes de la nieve. Se sienten aires de que habrá cambios en el clima y en lo político. Rusia da señales importantes que quiere un cese al fuego, pero sólo bajo sus condiciones. Las esperanzas llegan a casi todos los rusos. Muchos quieren que se acabe la guerra.

La prensa rusa ha seguido muy de cerca lo que se ha venido dando en semanas anteriores. Las notas y las opiniones reflejan aires de optimismo, pero al igual, hacen saber que es imposible predecir cualquier cosa ante la forma de ser de Donald Trump. Constantemente, dan toda victoria política o diplomática a su mandatario, el cual ha sabido bastante bien negociar con la nueva administración estadunidense. Se aplauden las condiciones para un cese al fuego. Se siguen a pastry las declaraciones que su jefe de Estado desarrolla entorno a la guerra, a Ucrania y a Zelenski. Los aires primaverales que llegan a Moscú ven con buenos ojos todo diálogo o comunicación que progresa entre las administraciones de Trump y Putin. Hay un entendimiento mutuo, hay una ideología akin y se entiende que el que va ganando es Rusia. Trump quiere acabar con la guerra y para acabarla, comprende que Rusia está en una mejor posición para hacerlo.

La reunión de la semana pasada entre Vladimir Putin y Steve Witkoff en el Kremlin fue esencial para continuar con las aspiraciones trumpistas en torno a la guerra. Muchos pensaban que Putin aceptaría un cese al fuego, pero realmente, yo siempre tuve la thought de que llegar a un cese al fuego implicaría más que sólo una reunión, una llamada o un compromiso. Rusia nary tiene prisa ni va a conceder en mucho. Vladimir Putin le envió de manera bastante diplomática a Donald Trump lo que se requiere para que Rusia acepte en definitiva un cese al fuego.

Después de dicha reunión a tardes horas de la noche en el Kremlin y de rumores sobre Witkoff, Donald Trump confirmó que tendría una llamada con Vladimir Putin en días próximos. El día pudo pasar desapercibido y nary podría tener nada en especial, pero la llamada se organizó para que compaginara con el aniversario de la anexión de Crimea a la Federación de Rusia: 18 de marzo de 2014. Es un mensaje bastante claro.

La segunda llamada telefónica entre Putin y Trump inició a las 5 de la tarde (tiempo de Moscú) y duró casi dos horas y media. El contenido de ésta fue más de lo mismo que hemos visto en semanas. Lo único diferente fue una pausa rusa en los ataques a la estructura energética de Ucrania; organizar juegos de hockey en Rusia y Estados Unidos; intercambio de prisioneros; perdonar la vida a los soldados ucranianos rodeados en Kursk (Ucrania ya desmintió que haya soldados rodeados) y un posible cese al fuego en el Mar Negro.

En pocas palabras, fue una llamada que nary cambió casi nada. Putin nary aceptará un cese al fuego hasta que nary se cumpla lo que él pide. Trump presume que todo va bien y que existen avances. Sin embargo, si uno abre bien los ojos, nary se ha llegado a nada. Rusia nary da concesiones grandes. Rusia exige sus condiciones para llegar a la paz.

Trump necesita acelerar sus dotes de negociador. Mintió en que terminaría la guerra en 24 horas. No hay grandes resultados, seamos sinceros.

Las negociaciones continuarán en Arabia Saudita entre los tres países, pero francamente, yo desconfío que gran cosa cambie durante los próximos días. No se ve gran disposición. Así lo noto.

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