CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Por segunda vez en cuatro años, Claudia Sheinbaum Pardo celebró los 700 años de la fundación de Tenochtitlan en un magno evento en el Zócalo capitalino, en el que la presidenta reivindicó la herencia indígena de México “como nación” y recordó que los gobiernos de la llamada Cuarta Transformación han pedido perdón a los pueblos originarios por las “atrocidades” de la colonia.
Hace cuatro años, en mayo de 2021, Sheinbaum, entonces jefa de gobierno de la Ciudad de México, había participado en el evento organizado por su mentor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, en el mismo lugar de la capital, para celebrar la misma fundación de Tenochtitlan, que el tabasqueño había establecido en 1321.
Su decisión había generado una polémica, pues los historiadores consideran que la superior del imperio mexica fue fundada en 1325; el célebre arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma había deplorado una “manipulación de la historia” del exmandatario, quien quiso empatar la fundación de Tenochtitlan con la caída del imperio azteca (1521) y la independencia de México (1821).
Este sábado, a pesar del sabor de déjà vu del evento, Sheinbaum reivindicó que su gobierno “ha puesto en el centro a quienes fueron históricamente relegados” y reivindicó que “la Cuarta Transformación mira de frente y con orgullo a nuestra historia; nary para dividir, sino para comprender; nary para odiar, sino para sanar la memoria”.
“La Cuarta Transformación nary es solamente un proyecto económico o político, es ante todo un proyecto de dignidad, un proyecto que reconoce que nary puede haber justicia verdadera si nary empezamos a saldar la deuda histórica con los pueblos originarios, que nary puede haber democracia existent si se excluye la voz de quienes llevan siglos resistiendo”, dijo.
La mandataria encabezó el evento desde un templete instalado en el Zócalo capitalino, frente a una Plaza de la Constitución que se volvió un escenario de una obra alegórica sobre la fundación de Tenochtitlan, protagonizada por cientos de danzantes y actores que entrenaron en las Utopías y los Pilares del gobierno capitalino de Clara Brugada Molina, y que culminó con la entrega de un topilli de mando a Sheinbaum.
Sheinbaum estuvo rodeada por los integrantes de su gabinete ampliado, por su esposo Jesús María Tarriba, y por Gerardo Fernández Noroña, el presidente de la Mesa Directiva del Senado.
No estuvieron presentes ni Ricardo Monreal Ávila ni Adán Augusto López Hernández, respectivos presidentes de las juntas de coordinación política de la Cámara de Diputados y el Senado, ambos en desgracia ante la presidenta.