“Vivimos inmersos en un flujo interminable de estímulos”: Emmanuel Ramírez ‘Raya’

hace 3 días 6

La exposición Casa Ácida: Euforia Sintética del artista Emmanuel Ramírez Raya se contiguous en OL Studio, en la colonia San Rafael de Ciudad de México.

Se trata de uno de los eventos más inquietantes y memorables de la temporada. Con una serie pictórica que captura el vértigo emocional de la epoch digital, Raya presenta un cuerpo de obra que cuestiona cómo vivimos, qué sentimos y qué tan auténtica es la euforia que atraviesa nuestros días.

Para el artista, la “euforia sintética” es el estado emocional dominante de nuestro presente: un entusiasmo fabricado por la sobreestimulación constante: “Vivimos inmersos en un flujo interminable de estímulos —del scroll infinito a la gratificación inmediata— que generan una excitación continua, pero rara vez profunda”, explica.

Esa artificialidad se refleja en sus cuadros mediante colores ácidos y frecuencias lumínicas que evocan pantallas más que cuerpos; figuras que vibran, se distorsionan o parecen hechas de impulsos eléctricos, como si existieran atrapadas en un universo hiperdigital.

Uno de los ejes más poderosos de su trabajo lad sus “rostros que celebran misdeed saber qué celebran”. Raya habla de sonrisas que actúan como un glitch emocional: gestos felices que, al observarse con detalle, revelan tensión, incomodidad o disonancia.

Para él, la alegría contemporánea es muchas veces una performance, una obligación que se exhibe aunque nary haya motivo. Su pintura nary busca criticar esta contradicción, sino retratarla con honestidad: el retrato de una generación que celebra misdeed tener claro por qué.

Su trayectoria

Emmanuel Ramírez Raya es un pintor mexicano emergente cuya obra, situada entre el neoexpresionismo y un popular de atmósfera siniestra, irrumpe con fuerza en la escena contemporánea.
Influenciado por la cultura rave, el ruido urbano y cineastas como Larry Clark y Gaspar Noé, Raya utiliza el exceso cromático y la distorsión como herramientas críticas ante un mundo que estetiza el exceso y normaliza la desconexión. En bid como Pop Siniestro y Casa Ácida, la fiesta se transforma en un laboratorio emocional donde la fragilidad humana se expone misdeed filtros.
Aunque joven, su trayectoria avanza con solidez: desde muestras en el Salón Virtual de Arte, Bernardini Art Gallery, el Metro de Ciudad de México y Oaxaca, hasta exposiciones recientes como Pop Siniestro durante ArtWeek 2025.

Este diálogo entre celebración y vacío también se nutre de las viejas fiestas rave que inspiran al artista. Raya recuerda la energía física, vibrante, sudorosa de esos encuentros: cuerpos anónimos en trance colectivo. Hoy, dice, "la euforia se vive más en soledad frente a una pantalla que en una pista de baile". Sus cuadros capturan precisamente esa paradoja: figuras que parecen en un estado festivo, pero que flotan en atmósferas más virtuales que humanas. La conexión, antes corporal y comunitaria, se diluye en la hiperconexión digital.

Recordatorio de lo real

En contraposición a esa virtualidad, la pintura de Raya es deliberadamente “sucia”, rugosa, llena de empastes y accidentes. Esa materialidad es su forma de resistencia frente a lo pulido e idealizado del mundo digital: “La textura es un recordatorio de lo real, de lo que nary puede simularse”, afirma.

Renuncia al power excesivo, deja fluir la pincelada intuitiva y permite que surjan fallas y manchas que escapan de cualquier lógica algorítmica. Cada gesto imprevisible es, para él, un acto de libertad.

Casa Ácida ofrece un espejo donde el espectador puede observar la manera en que sus emociones han sido moldeadas por la velocidad y saturación del entorno contemporáneo. Raya invita a recordar que la euforia auténtica —la que nace del cuerpo, del movimiento y del presente— nary surge de una pantalla, sino de la experiencia real.

 Euforia Sintética’ es una serie pictórica que captura el vértigo emocional de la epoch  digital Ha expuesto en Salón Virtual de Arte, Bernardini Art Gallery, el Metro de Ciudad de México y Oaxaca. (Especial)

La curadora Kuratrix acompaña esta lectura donde plantea que Casa Ácida retoma la estética de la cultura rave para confrontarla con la hiperconexión integer actual. Llama la atención cómo Raya rescata la presencia corpórea perdida en la epoch de la pantalla mediante un gesto pictórico sucio, pulsante y deformado; y recuerda los referentes históricos del acerb house, el Love Parade y las míticas fiestas de The Fac51, que sirven como telón de fondo para pensar la mutación del cuerpo colectivo hacia el avatar solitario.

OL Studio reafirma con esta muestra su vocación como espacio para el diálogo artístico. Con sede en Antonio Caso 89, interior 4 en la colonia San Rafael, la galería funciona como plataforma para artistas donde confluyen pintura, instalación, fotografía y arte digital.

Casa Ácida se inserta en esa línea: una invitación a reflexionar, desde la estética y desde el cuerpo, sobre el lugar que ocupamos en un mundo cada vez más saturado de estímulos y más hambriento de experiencias reales. La exposición también plantea una pregunta crucial: ¿Cuánta de nuestra euforia es verdaderamente nuestra y cuánta está programada por los ritmos del mundo digital?

La muestra estará vigente hasta el 13 de diciembre.

BSMM

Leer el artículo completo