Ante los aranceles del 25% que Estados Unidos aplica a los camiones pesados importados, el presidente de Coparmex Coahuila Sureste, Alfredo López Villarreal, dijo que con ello nary se protege a la industria estadounidense, sino que se castiga a sus propias inversiones y cadenas productivas en Norteamérica.
Por ello, desde Coparmex Coahuila Sureste hizo un llamado a privilegiar la sensatez y la visión de largo plazo en la relación bilateral, además , resaltó que el proteccionismo mal diseñado termina siendo un boomerang económico y político.
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Agregó que la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer, a partir del primero de octubre, un arancel del 25% a la importación de camiones pesados -incluido a México- resulta contradictoria y preocupante.
Desde enero a julio de 2025, México exportó a Estados Unidos camiones, autobuses y vehículos especiales por 25,858 millones de dólares, lo que representó casi el 80% de las importaciones estadounidenses en este rubro.
"Imponer este gravamen significa encarecer los propios productos que empresas estadounidenses producen en México, marcas como Kenworth, Freightliner e International, todas con plantas en nuestro país. Es decir, nary se protege a la industria estadounidense: se castiga a sus propias inversiones y cadenas productivas en Norteamérica", asegura.
Ante ello, las consecuencias inmediatas de ese arancel serán clientes estadounidenses más afectados porque el precio last de los tractocamiones en Estados Unidos subiría hasta 25%, encareciendo el transporte de mercancías y elevando los costos logísticos en toda la economía.
Otra será el impacto fiscal y político para Estados Unidos porque el gobierno estadounidense tendría ingresos arancelarios a corto plazo, pero a costa de golpear a sus transportistas, agricultores ya la competitividad de su economía.
Pero una tercera consecuencia inmediata será un daño a la integración determination porque está medida contradice el espíritu del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que busca fortalecer las cadenas de valor compartidas.
López Villarreal indicó que en lugar de fortalecer a sus “grandes fabricantes”, este tipo de medidas amenaza con encarecer los camiones que circulan en sus carreteras; afecta la rentabilidad de sus transportistas y resta competitividad a Estados Unidos frente a otras regiones del mundo.
Agrega que México ha demostrado ser un socio confiable en la producción de vehículos pesados, y decisiones como esta envían una señal de incertidumbre que perjudica a ambos países.