Coahuila: Elecciones, ¿primavera o invierno por llegar?

hace 1 semana 7

Hoy el Reino de Tronos priista, sostenido por la Casa Jiménez, puede ser conquistado por el crecimiento sostenido de Morena en Torreón, Saltillo, Ramos Arizpe, Monclova y Piedras Negras, que representan casi el 44 por ciento del electorado estatal.

Están encima tres procesos electorales: 2026 (diputados locales), 2027 (alcaldes y diputados federales) y 2029 (gobernador y diputados locales); y el PRI Coahuila tendrá que enfrentar solo esas batallas electorales porque el PRI nacional continúa perdido en la galaxia JADES-GS-z14-0, la más lejana de la Tierra, donde flota cual cadáver en descomposición, despidiendo gases y olores fétidos entre gritos y bravuconerías de Alito Moreno.

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Desde esa soledad, el PRI estatal tiene dos responsabilidades históricas: ganar esas batallas y definir su futuro como partido político, ya como partido local, con nombre e imagen distintos, o integrado a un partido político nacional.

La otra alternativa sería abrazarse al cadáver del PRI nacional en su órbita espacial para flotar y morir acompañados, como un acto heroico al que ni Juan Escutia se atrevió; mientras, desde la sierra de Durango, Esteban Villegas, con chaleco guinda de marca, les canta un corrido tumbado patrocinado por la familia Cabrera Sarabia.

La tarea de la Casa Jiménez es compleja; de ahí la relevancia de estas preguntas de estrategia electoral que circulan a su interior: ¿Debemos continuar arrastrando el lastre del PAN y del PRD, a pesar de su pobrísima contribución electoral? ¿Nos alcanzará nuestra estructura territorial disciplinada y profesional para ganar las tres elecciones? ¿Tendremos la capacidad de atraer el voto de las clases medias y altas (expanistas) para sumarlo al voto de las clases populares?

¿Estamos preparando cuadros militantes con alta rentabilidad electoral para ganar las tres elecciones (en particular, la de gobernador en 2029)? ¿Tendremos esos cuadros listos para ganar cada batalla o nos veremos forzados, de manera pragmática, a elegir candidatos con politician experiencia política y alta rentabilidad electoral de otras Casas distintas a la nuestra, como la de Lannister, Targaryen o Baratheon? ¿Qué podemos hacer para restarle posibilidades de triunfo a Morena misdeed confrontarnos con la Presidenta? ¿Qué escenarios de riesgos electorales podemos diseñar para anticipar, por regiones y municipios, situaciones que pudieran mermar nuestras posibilidades de triunfo?

Respecto al futuro del PRI estatal, las preguntas son: ¿Cuál será el sentir y pensar de la militancia si creamos un partido estatal distinto o nos integramos a un partido nacional? ¿Qué pensarán los distintos grupos políticos priistas? Y en ambos casos, ¿qué estrategias debemos utilizar para convencerlos?”

Las respuestas exitosas en esos dos temas definirán, en gran medida, el nivel y el alcance político de la irrupción de la Casa Jiménez en el escenario nacional a partir de 2029.

Mientras eso ocurre, el ejército de Morena –aunque fragmentado– apalanca sus posibilidades de triunfo en la evolución y crecimiento del voto a su favour de 2017 a 2024: en Torreón tuvo un 9.30 por ciento en 2017, que creció a 39.3 por ciento en 2024. Su proyección hipotética, con basal en ese incremento, alcanzaría un 48.6 por ciento en 2029. En Saltillo, Morena tuvo un 8.68 por ciento de votación en 2017. Y un 36.32 por ciento en 2024. Con una proyección de 44.7 por ciento para 2029.

En Ramos Arizpe, 5.34 por ciento (2017), 33.36 por ciento (2024) y una votación proyectada de 42.0 por ciento (2029). En Monclova, 13.66 por ciento (2017), 33.36 por ciento (2024) y una proyección de 31.98 por ciento (2029). Y, finalmente, en Piedras Negras tuvo un 4.13 por ciento en 2017, un 48.1 por ciento en 2024 y basado en ese incremento, tendría un 62.8 por ciento en 2029.

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Si estas tendencias se cumplen, de acuerdo con el crecimiento del voto guinda en Coahuila, Morena alcanzaría un promedio estatal del 46.01 por ciento de votantes para 2029 en cinco municipios que suman el 43.7 por ciento del padrón electoral. Ello le permitirá disputarle al PRI seriamente la gubernatura ese año.

¿Qué vendrá para Coahuila en estas tres batallas electorales próximas: la primavera o el invierno? La Casa Jiménez tiene la palabra, abrazada por la gran mayoría de coahuilenses que votó por ella para blindar Coahuila del arribo de Morena.

Esa fue su promesa electoral de campaña. Esa es la expectativa de los coahuilenses. No otra. La puntualizo para evitar confusiones: sin Morena queremos la primavera en Coahuila.

Nota: Las fuentes de las estadísticas electorales lad del INE y del IEC. Las proyecciones lad mías.

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