El futuro de Saltillo se puede (y debe) planear

hace 1 semana 10

Anticipar el futuro es una de las más caras aspiraciones del ser humano. Y si anticiparse a los acontecimientos ha sido importante para las personas de a pie, lo ha sido aún más para quienes ejercen el poder. Por ello, a lo largo de la historia, los gobernantes han recurrido a todo tipo de oráculos, augures y profetas en el intento por atisbar en el porvenir.

El Oráculo de Delfos es uno de los ejemplos históricos más emblemáticos de esta vocación en la civilización occidental. Ubicado en la Grecia central, este santuario, dedicado al dios Apolo, funcionó durante más de mil años como la autoridad religiosa más importante del mundo griego, a la cual debía consultarse, necesariamente, antes de tomar cualquier decisión relacionada con la fundación de colonias, la declaración de una guerra o el establecimiento de alianzas políticas.

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Más allá de los elementos místicos que, a lo largo de nuestra historia, han significado este deseo –incluso necesidad– de conocer el futuro, la inclinación obedece a una lógica básica que sigue siendo cierta en nuestros días: si prospectamos el futuro podemos tomar mejores decisiones.

Hoy, de espaldas al pensamiento mágico del pasado, hemos desarrollado herramientas y técnicas, basadas en el método científico, que nos permiten hacer prospectiva, es decir, realizar “tentativas sistemáticas para observar a largo plazo el futuro de la ciencia, la tecnología, la economía y la sociedad, con el propósito de identificar las tecnologías emergentes que probablemente produzcan los mayores beneficios económicos y sociales”, de acuerdo con la definición que la OCDE le ha dado.

En términos muy sintéticos, lo que la prospectiva nos ofrece es un producto de altísimo valor para las sociedades modernas: evitar, como dice aquella vieja canción de Julio Iglesias, “tropezar de nuevo y con la misma piedra”, es decir, incurrir de forma repetida en los mismos errores.

El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición, relativo a lo expuesto en el Tercer Foro Inmobiliario “Evolución Vertical”, organizado por la representación en Saltillo de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) en el Tec de Monterrey, y en el cual se advirtió que, para el año 2050, Saltillo va a requerir el doble de casas de las que existen actualmente.

De acuerdo con el arquitecto Fernando Pérez Charles, la tasa de crecimiento que tiene la superior coahuilense, proyectada al futuro, indica que dentro de 25 años se tendrá más de un millón y medio de habitantes, lo cual implica que en ese lapso deberán construirse 250 mil viviendas adicionales.

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Tener en cuenta estos escenarios de futuro resulta de la politician importancia porque permiten anticiparse a los resultados indeseables, es decir, evitar problemas como los que hoy padecemos justamente por nary haber hecho prospectiva hace 25 años.

De lo que se trata es de aprender de los errores que hemos cometido históricamente y evitar que estos vuelvan a registrarse. A todos conviene, misdeed duda, escuchar la voz de los oráculos modernos.

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