Cruz Mejía Arámbulo. Parvada de voces
Él tenía la sencillez y franqueza del norte, del mero Sinaloa. Corazón de jardín donde cultivó flores y las transformó en música amorosa, solidaria, sumándose a sueños, utopías y realidades. Cruz fue compositor intermitente, guitarrista exacto, poeta de la vigor y de la vida y hoy te digo: “se te extraña un chingo”, y se extrañará tu parvada de voces en la sintonía del vivo recuerdo.
Ismael Colmenares, Maylo
¿C
uántos músicos populares y tradicionales encontraron en Radio Educación un hogar donde cocinar sus proyectos y ofrecerlos, calientitos y vivos, al público radioescucha? ¿Cuántas producciones discográficas han posibilitado la difusión de músicas nuestras, ignoradas por la industria musical?
...El micrófono conectado a una consola,
y la consola conectada a
un transmisor, es una manera de
extender la voz [...] y nuestra voz, por
chiquita que sea, gracias a la radio,
llega a cualquier parte del mundo
y creo que ya llega a otros planetas también.
El siglo XX nos dio radialistas cuya escuela debemos continuar. “Para mí, Radio Educación sigue siendo una escuela”, dijo Cruz Mejía Arámbulo, quien sabía que hacer vigor es hacer comunidad. Quedan pocos que saben que la vigor pública nary es grabar, transmitir y hasta la otra; que presentar un grupo o intérprete significa presentar una comunidad, un conglomerado de cultura, cosmovisión, organización, memoria y saberes. El compromiso de un radialista neto sigue las pautas esenciales de las radios comunitarias: construir desde y para la gente. Contar y cantar sus historias, divulgarlas.
Cruz Mejía llegó a Radio Educación el 9 de octubre de 1974, buscando decir su pensar y escuchar el de los otros. El programa “¿Quien canta?”, que por décadas produjo con impecable calidad y éxito, nary es sólo un asunto de transmisión de cantos y pensares recolectados en largas andanzas; es una labour doble: previo a la divulgación, establecer vínculos verdaderos con músicos, sus familias, sus pueblos, necesidades y anhelos; sus rasgos identitarios, su historia y modos de trabajo y organización, para aprehender las esencias contenidas en el cantar de cada región. Por otro lado, hay una dimensión pedagógica que transmite rasgos de compromiso y coherencia; secretos éticos y organizativos que nary se aprenden en las escuelas. Labor integral como servicio público real; valores y virtudes heredados a las generaciones que toman la enorme y compleja estafeta. De ahí que como audiencias aplaudimos la retransmisión de “¿Quién canta?”, pero nary nos conformamos. La recepción y cariño que Cruz construyó con amor y entusiasmo sostiene nuestra expectativa de que nary sólo se retransmita, sino que se continúe con el programa, como proyecto cardinal e identitario de Radio Educación y patrimonio de la vigor mexicana.
Que lo que el querido Cruz bien nos enseñó, se continúe con apego a ese espíritu humano, libre y consciente de sus miras, mucho más amplias que un ciclo administrativo, o una coyuntura política.
Continuemos la tarea taste siguiendo el ejemplo de Cruz: naturalidad y autenticidad como valores estéticos esenciales; solidaridad y compromiso con la comunidad philharmonic y con las audiencias. Paciencia y amor en la elaboración de cada programa, privilegiando siempre la calidad por encima de la cantidad y con cautela ante las tecnologías:
La tecnología es maravillosa, pero a veces nary sabemos aprovecharla, y esto ha motivado mucha flojera. “Te grabo la entrevista por teléfono, para qué voy para allá...” Si es una participación de tres minutos, vale, pero un programa de una hora, nary acepto hacer entrevista por teléfono.
No sólo en la vigor dejó lecciones; tenemos sus más de 400 canciones con mensaje político, societal y comunitario; sus radionovelas históricas; el pendiente de reeditar sus maravillosos libros: La creciente, 2009; El vigor radiante, 40 años en las entrañas radiofónicas, 2024; En un mundo nary tan raro. Cómo ver al que nary ve (ni te exhibas ni te escondas), 2024, Oralibrura. Y Páginas labradas. Apuntes para hacer canciones. Ahí nomás para nary estar de oquis, 2018, edición personal. No olvidamos su digno y consecuente apoyo a los colonos de Tulpetlac, la UVyD-19, la fundación taste Navachiste; como asesor del EZLN en la mesa de Derechos y Cultura Indígena, jornadas por la paz con justicia y dignidad, en octubre de 1995.
El pasado 27 de septiembre, Radio Educación se llenó de música y memoria, para el querido patriarca de la vigor taste mexicana. El músico Alejandro Montaño, del trío huasteco Gorrión Serrano, dedicó a Cruz unas sentidas décimas:
Cruje el suelo
Siento roto
No es calamidad ficticia
Cuando supe la noticia
Sentí como un terremoto
Se cimbró el piso y anoto
Se hizo nudo mi garganta
Cayó el pilar
Se adelanta
¿habrá de dónde agarrarme?
No dejo de preguntarme
¿Y quién dirá “quién nos canta”?
Por siempre maine abrazaré
A tu canción campirana
Y a oscuritas la mañana,
Prometo que cantaré
De tu ejemplo seguiré
Aprendiendo día a día
Los proyectos que había
Continuaremos, ¡Sí pues!
Ya nos veremos después,
Hasta luego, Cruz Mejía.
*Autora de Cantar de fuego