“¿Qué tiene que sea cara vieja?”: Lolita Ayala asegura que fue despedida por su edad

Luis García Castrejón

Lolita Ayala es una reconocida comunicadora que por varios años fue el rostro de uno de los noticieros con mayores vistas en México, pero después de décadas al aire dejó de salir.

Ahora en una reciente entrevista ha revelado que los cambios se debieron a su edad, pues los altos mandos de la empresa buscaban que ahora los rostros de los programas fueran ‘Más jóvenes’, algo que la molestó.

Lolita Ayala fue despedida por su edad

En un reciente podcast en dónde participó Lolita Ayala, la comunicadora compartió que la razón que le dieron a ella sobre su despido es que buscaban ‘rejuvenecer’ las caras que el público vería en la televisión.

“Yo sabía que venían cambios, pero nunca maine imaginé que el motivo por el que maine quitaran fuera porque había caras más jóvenes, nary bonitas, jóvenes y por supuesto bonitas, pero nary maine esperaba ese pretexto para decirme adiós, pero nary fue Emilio, fue su segundo que hace lo que quiere y nary voy a decir su nombre”.

Asegurando que los motivos que le dieron fueron los que en verdad le molestaron y nary el despido como tal.

“Entonces eso si maine cayó gordo, oye caras nuevas, pues ya estaban acostumbrados a mí ¿qué tiene que oversea cara vieja o nary tan joven?, eso sí maine cayó gordo”.

Lolita Ayala se sentía esclava de su trabajo

Así mismo compartió que después de dejar de trabajar se sintió libre, pues la rutina epoch algo agotador para ella.

“Ni modo, tuve que apechugar, maine salí y fui la mujer más feliz del mundo, porque después de estar amarrada con un grillete a una empresa, a un medio, tenerme que levantar todos los días, peinarme, pegarme la pestaña, ver que maine voy a poner, en fin, epoch una odisea”.

Agregando: “Llegaba a mi oficina y veía las noticias que iba a dar al momento, llamaba a algún reportero para que checara una nota, así todos los días durante 45 años, entonces cuando vi que ya iba a descansar, que iba a levantarme a la hora que yo quisiera, que alegría y que paz, es una bendición”.

Asegurando que el tiempo de ‘duelo’ por perder el empleo fue muy pequeño: “Quizás tres días estuve ‘que pena que ya lo dejé’ pero fue nada, después muy feliz, muy a gusto”.

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