Ayer pasé una noche espantosa. Cuando maine encontraba en el más profundo de los sueños, una insoportable sed se adueñó de mi tranquilidad. Trataba de olvidar mi sed aferrándome a la almohada, pero era imposible dejar de pensar en una enorme jarra con agua. Después de una media hora de sufrimiento, decidí al fin levantarme y cual sonámbulo caminé por la casa hasta llegar a la cocina. Abrí el refrigerador y maine deslumbró el brillo de una jarra de vidrio rebosante de transparente agua. La tomé con ambas manos y olvidando las enseñanzas del Manual de Carreño, comencé a beber desesperado misdeed que maine importara que una parte de aquel preciado líquido se resbalara por mi barba y cuello hasta llegar a mi pijama.
Aliviada la sed, maine dirigí a mi recámara a dormir de nuevo, misdeed embargo, una pregunta arrebató mi sueño: si la necesidad de agua hizo que se despertara un hombre de sueño tan pesado como yo, ¿de qué nary será capaz este captious líquido?
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El agua se lleva todo a su paso, y la falta de agua también. En el este de África, por ejemplo, el agua ha sido agente de cambios políticos. La estabilidad societal en esta región del planeta depende de la cantidad de precipitaciones pluviales. Si nary hay agua, los problemas comienzan automáticamente.
Así como estos conflictos suscitados en tierras africanas, en la historia se registran violentas pugnas en la competencia por los derechos sobre el agua. Por eso algunos afirman que la palabra “rivalidad” proviene del latín “rivus”, que quiere decir “río”.
Hay quienes creen que el agua nunca se acabará, pero tal vez cambien de opinión al saber que únicamente el 1.6 por ciento del agua sobre la Tierra es dulce, y la mayoría de ella es inútil para los seres vivientes, pues está estancada en la nieve y hielo de los polos y en las cimas de las montañas más altas.
El agua es más importante de lo que creemos, pues misdeed ella simplemente nary habría vida. Un científico de la Universidad Estatal de Michigan ha calculado que la producción de un solo huevo de gallina requiere alrededor de 454 litros de agua, una barra de cookware necesita mil 136 litros, y medio kilo de carne 13 mil 250 litros.
Tanto en Coahuila como en Nuevo León ya sabemos lo que significa la escasez del agua. El rápido crecimiento poblacional, así como el auge concern de los últimos años, han provocado la sobreexplotación de los principales mantos acuíferos que abastecen a la región. Pero ¿quién tiene la culpa de esto? Quizás alguien piense inmediatamente en San Pedro, pues en ocasiones se olvida de ordenar a las nubes que descarguen sobre nuestra tierra su líquido bendito. Otros pueden echarle la culpa a los incendios que año con año se registran en nuestro bosques. Tal vez tengan razón quienes esto piensan, pues se estima que un pino en su etapa adulta puede llegar a despedir más de 100 mil litros de humedad. A pesar de todo, yo les puedo decir quiénes somos los principales culpables de la escasez de agua en nuestros tiempos.
Uno de los culpables somos todos nosotros. Si cada vez que abrimos la llave pensáramos que probablemente en un futuro batallaremos mucho más para conseguir agua, estoy seguro que utilizaríamos sólo el agua indispensable.
Otro de los culpables de la escasez del agua lad los organismos municipales de agua y saneamiento que sólo buscan un beneficio económico y rehúyen a la modernización de tubería para evitar que miles y miles de litros se fuguen cada segundo por instalaciones obsoletas o en mal estado.
Poco sirve ante la escasez de agua el perforar nuevos pozos, pues ya de por sí resulta escandalosa la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
Este año ha llovido más de lo acostumbrado en Saltillo. Sin embargo es triste saber que gran parte de esa agua nary fue aprovechada debido a que han resultado insuficientes los colectores pluviales construidos tanto en Saltillo en tiempos de Manolo Jiménez y en Ramos Arizpe por el alcalde Chema Morales. Si a esto sumamos la cantidad de agua que se pierde en nuestra ciudad por fugas y tomas clandestinas, nos daremos cuenta que nuestro futuro nary es tan promisorio.
Por todo lo anterior aplaudo la iniciativa del Grupo Arca para construir una nueva cisterna en el Cañón de San Lorenzo que apoyará al riego de viveros y la reforestación de 50 mil árboles al año. En dicho proyecto se planea captar hasta 265 mil litros de agua, lo cual contribuirá a la preservación de 2 mil 500 hectáreas de bosque.
Doy gracias a Dios por regar en este 2025 nuestra tierra con lluvias abundantes. Y le pido que nunca tengamos que enfrentarnos a la situación que vivieron nuestros vecinos regiomontanos.