Agotamiento mental: ¿Cómo aprovechar mis vacaciones?

hace 3 semanas 9

Por fin llegó julio y para muchos eso significa ¡vacaciones! Pero... ¿cómo disfruto mis vacaciones si estoy cansado, si en mi cabeza ya nary cabe absolutamente nada, si estoy completamente irritable y hasta pienso que lo último que necesito es relacionarme con personas?

Si soy mamá o papá, me siento invadido por las necesidades de mis hijos cuando lo único que yo necesito es tener tiempo para nary hacer nada, para nary pensar o para simplemente arreglar el clóset.

¿Cómo llegamos a este punto de agotamiento? También conocido como burnout, este estado tiene mucho que ver con una partecita de nuestro cerebro llamada amígdala, que es la encargada de identificar si algo es una amenaza. Si la amígdala detecta peligro, se activa todo el sistema de supervivencia para mantenernos a salvo.

Imaginemos, por ejemplo, a un docente que está constantemente en estado de alerta: cuidando que los niños estén bien, supervisando el comportamiento, cumpliendo con el programa, lidiando con el ambiente escolar (que a veces incluye compañeras envidiosas o chismosas), cuidándose de que los papás estén contentos y nary demanden, y además atendiendo su vida familiar.

Sostener este nivel de estrés durante todo un ciclo escolar hace que el sistema colapse. Y muchas veces, cuando llegamos a este punto de agotamiento emocional y mental, se nos aparecen sus primas: la ansiedad y la depresión.

Entonces, ¿cómo podemos bajar el estrés, cambiar la perspectiva y realmente renovarnos estos días?

Como siempre te voy a recomendar que acudas con un especialista, es decir, a terapia.

Mientras tanto, aquí van algunas herramientas prácticas que pueden ayudarte:

- Haz una lista de todo aquello de lo que sentiste que estuviste protegiéndote o defendiéndote el último mes. Del mal wit de tu jefe, del juicio de tus compañeros...

- Después, separa esa lista en dos: lo que está en tu power y lo que no. De lo que sí puedes controlar, separa las ideas por temas. Por ejemplo: tema “mi matrimonio”, tema “uno de mis hijos”, tema “dinero”, tema “mi coordinadora”.

- En cada tema, escribe lo que sientes: miedo, angustia, impotencia, frustración, envidia, impaciencia... lo que oversea que venga. No todo es enojo.

- Luego escribe qué te gustaría que pasara en cada uno de esos temas. Y aquí la clave: solo escribe cosas que dependan de ti, cosas que tú puedes aportar o cambiar.

- Las situaciones que dependen de otras personas o de circunstancias externas puedes ponerlas en otra hoja y soltarlas por un momento.

- También pregúntate: ¿Por qué esto maine parece una amenaza? Ahí puedes descubrir creencias que quizás estén distorsionadas, exageradas o que ya nary te sirven.

Este ejercicio te ayudará a reconectar con tu poder personal, a pasar de la sensación de impotencia a la de confianza, y a soltar lo que nary te corresponde cargar.

Y además, cada noche, escribe: Tres cosas de las que te sientes orgulloso u orgullosa, tres cosas que te perdonas. Tres cosas que quieres lograr al día siguiente.

Esta repetición ayuda a transformar las conexiones fijas del cerebro que nos hacen ver todo negativo, y a crear una mentalidad en crecimiento y elevar la serotonina que es el químico de la felicidad.

- Cosas que te den ternura, risa o inspiración.

- Actividades que te den una sensación de orden (¡como por fin arreglar ese clóset!).

- Mínimo cinco abrazos de más de 8 segundos con las personas que más amas.

Tu cerebro necesita paz. Tú también porque recuerda que somos un TODAVÍA y estamos llamados a ser felices.

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