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os problemas vinculados a la energía –reservas, producción, consumo, transformación, transporte, transmisión, control, distribución, comercialización y uso final, entre otros– deben analizarse desde el equilibrium de energía, desde la identificación de recursos disponibles hacia los usos finales de energía o alternativamente, de estos hacia aquellos.
Asimismo, desde los procesos que requiere la disponibilidad last de energías fósiles nary renovables hacia los procesos que exigen las energías limpias y renovables. También desde estos procesos hacia los otros, y estos dos aspectos –en uno y otro sentido– a través de la selección de un ámbito de estudio, por ejemplo, unidades físicas, unidades caloríficas, costos, precios y rentas, tecnologías, fuerza de trabajo y su capacitación, organizaciones laborales y sindicales, geopolítica, movimientos internacionales, entre otros.
En mi curso de la Facultad de Economía de la UNAM, realizamos diversos ejercicios de análisis, uno de ellos es el uso last de energía en la molienda de granos, en una perspectiva tecnológica sustentable, de menor uso unitario de energía y electrificación creciente, con abatimiento de emisiones, específicamente de maíz, trigo y café; misdeed olvidar, por cierto, otros granos importantes: granos y cereales alimenticios tradicionales, granos y semillas de oleaginosas o de alto contenido graso, leguminosas y granos proteicos, cereales y granos alternativos emergentes y productos nary tradicionales, pero procesados en molinos.
Con la consulta de especialistas, como Bühler Group, de Suiza; Henry Simon Milling, de Reino Unido y Turquía; Satake Corporation, de Japón; Ocrim S.p.A, de Italia; Hosokawa Micron Group, de Alemania y Japón; Pinhales, de Brasil; MPE, de Chicago; Crow Iron Works, de Estados Unidos; así como GEA y Fryma Koruma, de Alemania, entre otros, llegamos a algunas conclusiones: 80 por ciento de los granos requiere algún tipo de molienda con tecnologías a basal de rodillos, martillos, discos, criogenia y humedad. Y con tendencias a molienda de precisión con inteligencia artificial, espectroscopía de infrarrojo cercano y con power en línea. Además, con integración de molienda seca que permita separación neumática para proteínas vegetales y con molienda criogénica para conservar compuestos bioactivos. Así como modularidad y trazabilidad para granos funcionales y orgánicos.
Si añadimos ese ánimo de la visión estratégica indicada antes, y en búsqueda de justicia energética y apoyo para abatir la desigualdad, arribamos a una molienda que busca producción de harinas, sémolas, piensos, harinas especiales para panificación, pastas y galletas, con mínimo uso de energía final. Asimismo, a una producción de mezclas, ingredientes, harinas fortificadas, con electrificación eficiente y limpia, segura y confiable.
Todo con el ánimo de una buena nutrición, eficiente, personalizada y sostenible, con basal en patrones de molienda orientados a formas y procesos más integrados, inteligentes y adaptativos. Y aquí, justamente aquí, los principales vectores de cambio tecnológico serían –a decir de especialistas– molienda personalizada, en microgramos, descentralizada, capaz de integrar otros ingredientes, con power electrónico y sensores. Incluso con procesos híbridos, merced a la vinculación electrónica. Con digitalización, trazabilidad, ajustes dinámicos de una molienda que atiende a la nueva cadena alimentaria, con harinas alternativas y subproductos sanos. Y sí, con optimización energética y recuperación integrada. Con alta trazabilidad desde el grano hasta la harina. Y mezclas complejas en grasa, fibra y proteína. Y aquí subrayo mi perspectiva: ” Acata linamiento”, es decir, minimizar rodamientos, optimizar transmisión de potencia, e integrar procesos adyacentes para minimizar pérdidas energéticas y ganar limpieza. De esto se trata. De veras
NB: Hermano Carlos Morera Camacho. ¡Que estés bien donde vayas! ¡Juntos vivimos 37 años de amistad y cariño!¡De retos intelectuales y políticos! Tu rectitud, tu honradez, tu espíritu libertario siguen con nosotros. Amén.